viernes, 5 de febrero de 2010

Las vacias ilusiones del electorerismo, verdades y realidad

Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, qurerer seguir jugando a la democracia en la tiranía, no comprender la dictadura de las clases dominantes y no entender el autoritarismo del poder reinante sólo se puede explicar por factores ligados al mismo sistema de dominación.

El control del aparato institucional, el establecimiento y legitimación doctrinaria y política de una constitucionalidad acorde a los intereses de los potentados en el poder, la instauración de la proclamada “democracia representativa” y un sistema electoral en manos de la burguesía, normado del tal forma que los partidos de los capitalistas, banqueros y terratenientes tengan las ventajas; todas, desde un principio y que a las altura histórica de hoy, el amarre sea tal que al pueblo sencillo, trabajador, arrinconado y humillado tantas veces, le es imposible pensar en una leve posibilidad u oportunidad de ascender al poder por esa vía.

Las instituciones políticas creadas en la Constituyente de 1949 modernizaban el modelo político de la plutocracia y en lo fundamental grantizaba la estructura política, jurídica, institucional para perpeturase en el poder.

Intituyeron un Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) encadenado a una legislacion que les permite nombrar con seguridad a los centinelas de su sistema político “democratico y representativo”, los magistrados del TSE siempre estarán bajo sus faldas, no se les saldrán de las manos. Disfrutan esos adalides del “sistema denocrático” de jugosos sueldos, privilegios y un presupuesto privilegiado para efectuar su labor como admistradores de la “democracia” La “deuda Política” es otro pilar de la tiranía electoral, obligando al Estado a pagar las multimillonarias campañas propagandísticas. Que en realidad es otro abuso e indignante atropello de la dignidad del pueblo, porque es de sus bolsillos de donde sale el dinero y a costa del incumplimiento de las responsabilidades sociales.


El pueblo quedo a la vera del sendero y sin posibilidad alguna. La clase trabajadora, la masa campesina pobre y en general las capas asalariadas no tenían los espacios, recursos y la manera de posicionarse, y se excluía a fuerzas políticas contestatarias, populares, opositoras, ideológicamente adversas a las clases empresariales y el imperialismo, socialistas o comunistas arropadas por las “teorías exóticas” del marxismo, el Leninismo, el Trostskismo, el Maoismo, de la Revolución Cubana, del “Guevarismo”, o del Anarquismo y toda utopía impulsoras de la transformación radical de la socidad capitalista.

En su naturaleza el sitema político electoral costarricense actual es despótico, jerárquico, autoritario y en resumen antidemocrático. El pueblo trabajador no tiene canales de participación, es discriminado y por ende no participa en la toma de decisiones. El pueblo no decide, por más partidos “políticos” (politiqueros), con sus candidatos, su demagogia y retórica programatica mil veces ofensiva por falsa, promesas y mentiras corroboradas por la ciudadadanía a lo largo de los últimos 60 años.

Orquestación de una maquinaria cuyo guión y trama se escribe en las cúpulas de las castas políticas, por los grupos sociales que ostentan el poder, por las cámaras empresariales, socidades anónimas, las corporaciones transnacionales y por los procónsules del imperio a la sonbra de la Embajada de estados Unidos en San Jose. Jamás pierden el rumbo, la coherencia y la cihesión, en esa línea sostienen el propósito fundamental, mantener su hegemonía política.

Otras facciones o agrupaciones que aparecen en los comicios de turno, solo acompañan la fanfarria de los de arriba e igual terminan en las mismas práticas, los mismos vicios y las mismas mañas de la burguesía prevaleciente. Se convierten en virtuales turecas del sistema y de la tiranía eleccionaria.

Organizaciones políticas o partidos revolucionarios se han embarcado por épocas en contiendas electorales. La argumentación Justa o no, dependiendo de la visión idológica con que se vea, para justificar las aventuras eleccionarias, no alcanza para salir limpios del terreno pantanoso, movedizo y de las azarosas y descompuestas condiciones que impone el ambiente electorero. Ante todo, por el desprestigio, la repulsa y la crítica que se ha ido ganando entre ampliso masas populares, que han ido haciendo consciencia de lo engañoso, manupulado, impopular, fraudulento y corrupto del ambiente de las campañas electorales y, der las ambiciones, intereses y componendas que hay tras políticos y candidaturas.

Por otra parte, meterse en la “alternativa” de las urnas electorales o campañas implica para los partidos “arrimados”, invitados para guardar las apariencias, quierase o no, un crudo y repugnante papael de legitimadores del sistema, pero además, una distracción de sus tareas y acciones políticas esenciales; sobre todo si son de Izquierda, que a la postre siempre tuvo costos políticos, difíciles de recuperar o irreparables.

Una de las verdades indiscutibles es que la sonada soberanía del pueblo fue castrada desde el origen. Estamos en presencia no de una democracia sino de una oligarquía y peor aún la referida ologarquía en sus avatares históricos mutó por su misma deformación en mafiocracia con residuos retardatarios de la autocracia monárquica.

Hoy involucrase en la campaña electoral pensando en buscar un cambio de cosas en el país, o un viraje en la conducción del estado y de un gobierno patriótico, honesto, inclusivo de los intereses de los sectores populares, que coloque los derechos fundamentales del pueblo en la prioridad de su agenda, que le aprete las clavijas al capital transnacional, que incorpore al país a las alianzas latinoamericanas independientes y anticolonialistas, es ilusorio, conociendo que los partidos y las fórmulas candidatiles en palestra, no repersentan las aspiraciones populares ni ofrecen alternativa alguna. Esa es una verdad insoslayable.

Mucho menos pensar en el planteamiento, desde cualquiera de las fórmulas en contienda, de un cambio de las estructuras políticas, sociales y económicas del país. Algunas personas honradas, sencillas y luchadoras sociales han creído en algunos candidatos y se esperanzan con el cambio. Sin embargo, esa alternativa no se observa por ningún lado, ¿En cual programa de los anunciados por las fómulas contendoras se puede leer la propuesta del cambio, del golpe de timón político hacia un nuevo sistema político, la plataforma para la transformación social y económica, Una respuesta clara a la prepotencia de los Estados Unidos y su estrategia de dominio, ruptura del orden establecido y una nueva perspactiva en la política internacional?

No más ingenuidad, que no jueguen con la confianza de ciudadanos y ciudadanas honestas, que no sigan jugando a la democracia mientras el pueblo sufre y muere en su desgracia. Es una afrenta al pueblo, es cuestión de integridad moral y decoro. La consigna de la dignidad es decir basta ya de tanta ignominia, manifieste la condena inteligente y beligerante al sitema político imperante, a la oligarquía y al modelo electoral tiránico y en crisis no acudiendo a la burla de las urnas.

Para terminar otra cosa, observando y comparando el panorama de cuatro años atrás y hoy, parece que los que quieren derrotar al oficialismo se alinean con Ottón. No obstante el PAC actual tiene menos ímpetu y existen otras tiendas que están atrayendo parte de la clientela. Dígase los liberticidas que le han sacado un poco más de réditos a la ignorancia o la corruptela, Fishman que creció, Pase, Frente Amplio, Renovación Costarricense. Por ahí andan eufóricos como celebrando antes de tiempo. Cuidado el aparato de “Liberación Nacional” es temible y tienen la maquinaria del gobierno.

Recuerden usan métodos tramposos, mucho dinero, son arteros y maliciosos. De las encuestas nada, todas son tendenciosas y distorcionan la realidad. El fraude esta pactado. El partido oficial gana con 41-43 %, PAC 32-36%, PL 15-17%, USC 10-12 %, PASE 2-4%, FA 1-2%, RC 2-3%. El abstencionismo es un tabú para los políticos, el TSE, la prensa y en general para el sistema político y sus representantes. Casi que en los partidos es prohobido referirse al tema. Pues la protesta abstencionista estaría entre el 37 y 45 %.

No saquemos las cartas entre gitanos, ni seamos ilusos, menos aún aleguemos ignorancia hay un grado de irracionalidad inadmisible en la burla electorera y en el fondo es un atropello más de la burguesía y sus legitimadores a nuestro pueblo. Esperaríamos por lo menos, que después del 7 de febrero nos veamos en la calla repudiando el fraude, la tiranía electoral y gritando que se vayan del poder y nunca más.

Oscar Barrantes Rodríguez
Miembro: Círculo Bolivariano Yamileth López
San Ramón-Costa Rica
febrero 05 de 2010.

domingo, 3 de enero de 2010