FÚTBOL: placer o corrupción
Hace unos días Diego Armando
Maradona ha denunciado los juegos de sobornos y corruptela en el seno de la
FIFA, como parte de la coreografía para
otorgarle la sede del mundial 2022 al Estado de Qatar. (Dawlat Qatar)
También ha expresado que; “el futbol debe ser un placer no una actividad controlada por la corrupción y los mercaderes”.
Palabras más palabras menos.
En tiempos de carnavales futboleros como son los
mundiales de futbol, organizados y difundidos cada cuatro años por la FIFA;
como una monstruosa cruzada
publicitaria y de consumismo, atrapan en
sus redes a las inmensas masas de todos los continentes.
El “deporte
más popular del mundo”, como es pregonado por periodistas deportivos,
ejecutivos de las cámaras empresariales, propaganda oficialista y la publicidad
de las corporaciones relacionadas con
los grandes negocios que les proporciona el monopolio del futbol; es una
arrolladora avalancha impactándolo todo
en las sociedades actuales.
Más allá de las afinidades o pasiones por el futbol,
las emociones de sus seguidores y seguidoras en todas las latitudes, de las
habilidades y deseos de quienes lo practican, o quieren practicarlo; desde muy
pequeñas edades, más allá de lo que significa como evento social y su desarrollo
como una disciplina que concurre, como parte de la hermosa familia del
deporte universal. Y más allá de su
aporte al crecimiento, formación, prosperidad y a una mayor calidad de vida de
los seres humanos.
Porque, desde una perspectiva social del deporte y
del futbol, la promoción de su práctica es intrínseca a la salud, específicamente a la prevención
de enfermedades y el mejoramiento de las
condiciones físicas y mentales de las personas, desde muy tempranas edades.
Porque, es una disciplina colectiva de profundos
atributos de belleza, magia, combinación, disciplina, iniciativa, coraje,
fuerza atlética e inteligencia. La excelencia y el talento, el asombro y la
cadencia en los terrenos de juego. Los
virajes repentinos los cambios de perfil, las aceleraciones y repliegues en el
transcurso de los encuentros, la indescriptible conmoción del gol, el gozo de
la victoria y el drama de la derrota, el
suspenso en los trepidantes momentos finales de cada choque.
Porque, en el deporte se edifica amistad,
solidaridad, desarrollo, comunidad, hermandad, felicidad humana, se labran
caminos de futuro, se contribuye con la vida, se forjan esperanzas, se le da
una oportunidad a la paz. El fútbol es
una excelente posibilidad en esa perspectiva.
Pero, ese es el ideal y desgraciadamente no es la
perspectiva cierta de hoy. El llamado futbol profesional y los mundiales marchan por otros derroteros,
muy distintos.
Al futbol lo han monopolizado, hoy en día el poder
en el futbol se concentra y se centraliza, la clave está en el dominio del
capital en la actividad del futbol.
Las corporaciones capitalistas transnacionales, a
gran escala, mancomunadas con la FIFA, asociaciones y federaciones de
diferentes países. Algunos Federaciones son potencias y otras débiles. Pero,
los negocios han dominado el mundo del futbol profesional, en unos y otros.
Los talentos en el futbol son prácticamente arrebatados, despojados de
sus terruños; como las corporaciones se roban los cerebros de los países más
pobres.
Igualmente los agentes de las corporaciones
futbolísticas buscan y trafican “los
diamantes en bruto”; valga la expresión, por vías legales unas veces, por otras no tan
legales también; y convenciendo, a padres y familias con el brillo de las
monedas, extraen a adolescentes casi niños y jóvenes, los desarraigan, les
niegan la bella etapa lúdica de la vida y los aglutinan en sus centros experimentales, cual si fueran
fábricas para pulir e insuflar valor agregado a una especie de
materia prima.
Se tendrá que realizar investigación sociológica e
histórica profunda de un proceso de explotación de la fuerza de trabajo,
concretamente en la empresa del futbol. Efectivamente de un tipo de trasiego de
fuerza de trabajo, que con sus especificidades, es quizá un tipo de trata de
personas, también. Y sin lugar a dudas una forma de pillaje.
Una de las
características es que se trata de talentos, de muchachos con cualidades
especiales, de joyas con valor competitivo en el mercado, el mercado del
fútbol. Esa premisa es determinante a la hora de analizar el problema de la
trata de futbolistas o de futuros diamantes futbolísticos. Se podría decir que
es una condición distintiva de una fuerza de trabajo de privilegiados, y a la
cual muchos quisieran ingresar.
Situación de privilegio porque es una fuerza de
trabajo pagada con salarios millonarios en dólares y euros. Pero, al fin son condiciones de explotación,
sin importar los derechos fundamentales como la formación integral de las
personas, los principios sociales, la concepción del mundo, las ideas para
afrontar la realidad y el contexto de
la sociedad. Las corporaciones sólo
tienen en los planes intereses y tasas de ganancia. El jugador de fútbol es una
mercancía, que tiene valor para la empresa, en términos de un contrato
comercial y en tanto genere lucro, en
proporciones razonables a la inversión y al costo-salario.
Es el período juvenil de la vida, el de mayor fuerza
física, con mejores posibilidades naturales para el despliegue de energías
neurológicas y musculares, para el desarrollo de las potencialidades innatas.
Es un ciclo relativamente corto y expuesto a infinidad de riesgos. Es un asunto de rendimiento, cuando el
jugador reduce las expectativas de utilidad se liquida, se negocia como
cualquier mercancía devaluada. Esa
circunstancia fatídica puede suceder en el tiempo previsto o repentinamente.
Se puede pensar distinto e intentar justificar de
muchas formas el mercado del fútbol y las condiciones en que se desenvuelven
los futbolistas, en ese mundo del llamado profesionalismo en el futbol. Algunos
lo verán como una oportunidad. No obstante,
el futbol profesional premier
en el mundo, se convierte en “un paraíso”
que alcanzarán muy pocos elegidos, no es nada que se parezca a la
reivindicación de un derecho de la juventud mundial. Es la pesca preciosa, en las aguas de las masas
mundiales; la mayoría empobrecida, para desarrollar una poderosísima empresa capitalista,
darle combustible a la máquina transnacional del moderno “circo romano”.
Las estrellas del futbol mundial son los
protagonistas, los nuevos explotados gladiadores mundiales, que trabajan para
las “compañías circenses”; esas instituciones monopólicas del futbol como
el Club Barcelona, FC Bayern de
Múnich, Manchester
United, Real Madrid; para nombrar sólo algunas
emblemáticas.
Con la FIFA
como cuartel general hacen clavos de oro
y llenan sus cofres de monedas, en festín sin límites, con las empresas transnacionales como la Coca
Cola, Sam Sung, Fly Emirates, Estrella Damm, La Caixa y Audi, Intel,
Etisalat, Replay, Assistència Sanitária, Gatorade, Movistar, Allianz, EA
Sports, Coca-Cola, Panasonic y Maurice Lacroix. y Adidas, Bwin, Mahou, Movistar, Audi, BBVA, Samsung,
Sanitas, Nivea, Solan de Cabras y Campofrío, Qatar Airways y Nike Chevrolet, Deutsche
Telekom, Standard, banco Chartered, banco Hypo, Vereinsbank, Lufthansa, industrias Paulaner, Castrol, VISA, Mcdonalds,
Continental, Budweiser, Johnson y Johnson, Moi Park, Yingli, Oi banda larga, Soni, Garoto, Apex
Brasil, Liberty Seguros, Centauro, Itaú, Wise Up, Football For Hop, Hyunday,
Kia Motors, entre otras.
Una
receta similar pero, en menor escala, la vemos en nuestro país con el monopolio
que han implantado El Saprissa y la LDA,
con algún asomo del CS Herediano. Y con licencia de la Fedefútbol y la UNAFUT.
Comprar
y vender derechos de formación y propiedad de “ficha” sobre niños, adolescentes
y jóvenes, que luego son explotados también por otras entidades empresariales y
mafias.
Al
respecto, el connotado director técnico y estudioso del futbol Cesar Luis Menotti,
describía como el capitalismo sangriento
en el futbol. Durante 70 años de mi vida he comprobado el desastre que ha hecho el
capitalismo en todo lo que me rodea, incluido el futbol. Esta
fachada del capitalismo sangriento
se está instalando en el fútbol
moderno. El futbol se lo robaron a la
gente. Como ha afirmado Menotti.
Otro
factor que corrompe el negocio del fútbol es la inserción de las mafias del
narcotráfico y del lavado de dólares. Hemos visto ejemplos en Costa Rica. La
pobreza como un cáncer que ronda y carcome las instituciones históricas del
deporte y del fútbol costarricense, ha llevado a las dirigencias de
Asociaciones con historias inestimables, ha entregarse a capitales negros,
irregulares, espurios, y después al
abismo de la ilegalidad, las investigaciones fiscales, la confiscación de
bienes, el encarcelamiento de “inversionistas” y la desaparición.
Está
desapareciendo el futbol tradición, representativo de la identidad y la probidad,
distintivo de procesos históricos que se han reconocido por abrir puertas de
participación y oportunidades, autonomía, regionalización, democratización del
deporte e institucionalización soberana.
Se
está dando un salto mortal al infierno cautivados por el brillo desconcertante
del dinero. Es necesario buscar inversión y recursos para fortalecer el deporte
y el fútbol, pero, no hundirse en el fangal de las redes fraudulentas y tirar lo logrado históricamente, y por
muchas generaciones, al desfiladero.
Es
un crimen borrar la esperanza de niños y niñas, de comunidades y ciudades
enteras con una decisión fácil por una chequera, y a la vuelta de la esquina
desbarrancarse en una pesadilla de amenazas, cárcel, asesinatos, sanciones y
querellas judiciales. Y, lo peor; la liquidación del equipo de fútbol, la
eliminación de la franquicia deportiva, la destrucción de una Institución
histórica.
El
Mundial de Fútbol se ha convertido en un monstruoso circo mundial, para
entorpecer, alienar y embobar; enajenar
ideológicamente y doblegar al consumismo a miles de millones en el
planeta.
Se
informa que la FIFA va a repartir premios entre las Federaciones de los países
clasificados al evento, por varios centenares de millones de dólares.
El
Estado capitalista brasileño ha concedido demasiadas e intolerables violaciones
de los derechos fundamentales de su pueblo y de la humanidad, a cambio del
Mundial de fútbol con su plétora de negocios,
aturdimiento ideológico y ventajas
políticas para la oligarquía brasileña y fuerzas hegemónicas mundiales.
“Cada vez que se habla del Mundial de
Fútbol, solo se piensa en la fiesta inaugural y en la majestuosidad de cada uno
de sus estadios, pero no se había reparado en detalles como corrupción,
sobrecostos, desalojos, violación a los derechos humanos, un alto grado de
antipatía por parte de los brasileños, entre otros detalles.” (Melitza Solano/Agencias Internacionales. http://www.panamaamerica.com.pa/mundo/brasil-2014-la-otra-cara-del-mundial)
Los
concesionarios de la construcción de
Estadios, hoteles, centros comerciales, parqueos, pistas y las enormes obras de
infraestructura, o el llamado “reordenamiento
urbano” que ha requerido el evento,
acabaron las instalaciones sobre los cadáveres de docenas de
trabajadores.
Las
Fuerzas Armadas de Brasil hicieron limpieza en ciudades, playas, zonas
periféricas y barrios. Una asepsia de
indigentes de todas las edades, incluidos niños y niñas, que no tienen garantizado ninguno de sus
derechos esenciales, inclusive el derecho a
la vida.
“Hace unos
días diversos medios electrónicos e impresos dieron cuenta de la denuncia del
periodista Mikkel Jensen, quien de forma cruda relató el homicidio masivo de
niños de la calle en Brasil, a fin de “limpiar” las calles de algunas de
ciudades y dar una buena impresión a los millones de turistas que arribarán en
unas semanas a dicho país con motivo de la Copa Mundial de Futbol.”
Barrieron con favelas completas a sangre y fuego en
sus intentos por garantizar la realización del Mundial de Fútbol.
“Las obras
son pensadas intencionalmente para construirse exactamente sobre los terrenos
ocupados por barrios pobres y favelas. Una vez que los habitantes del lugar son
desalojados, éstos no son reubicados en zonas cercanas como está previsto por
la ley, sino que son expulsados a barrios alejados, hasta 60 kilómetros de
distancia de sus hogares. Se trata de una clara limpieza social“, afirmó
Larissa Araujo, vocera de Articulación Nacional para la Copa del Mundo.” (http://www.filos.mx/enterate/el-precio-que-pagan-en-las-favelas-por-el-mundial)
Unos 12 mil millones de dólares erogados por el
Estado Brasileño para el Mundial, mientras millones en tierra Carioca, no
cuentan con educación, salud, vivienda digna, tierra para producir, ni salarios
mínimos.
Por eso, amplios sectores populares organizados se
han opuesto al mundial y han efectuado protestas y huelgas, antes y durante la realización
del torneo mundialista.
“Brasil como
anfitrión del mundial ha tenido manifestaciones multitudinarias incrementadas
desde 2012 por organizaciones sociales como el “Movimiento de trabajadores sin
techo (MTST)” que alberga la clase indígena y popular del país.
No es raro
ver en noticieros, redes sociales y prensa del mundo el colapso en que está
sumido el país de las garotas por el abandono en que se tiene a más de 50
millones de brasileros sin vivienda digna, falta de inversión en servicios
públicos, educación, salud y transporte. Más de 5 mil profesores exigen mejoras
educativas y salariales. La expropiación de inmuebles para la construcción de
estadios que según la “Articulación nacional para la Copa del Mundo”,
contabilizó más de 250.000 personas desalojadas, y “Amnistia Internacional”
aseguró que fueron más de 38.000 casos en Rio De Janeiro [2]
Otro aspecto
que mantiene el descontento es la acelerada invasión de tierras ancestrales
indígenas otorgadas a grandes agricultores extranjeros y nacionales, además de
la corrupción y gastos exagerados en la construcción de estadios, acceso de
vías, aeropuertos y remodelación de los mismos. Incluso el paro de policía
militar en San Pablo se dio por el recorte de 26.8 millones de dólares
dedicados a programas y estrategias de seguridad.” (http://www.las2orillas.co/mundial-en-brasil-favelas-estadios-y-pobreza/)
El mismo Maradona ha denunciado el encarnizamiento
del conflicto social en Brasil, en el marco del Torneo Mundial de Fútbol. Ha
dicho en el programa “De Zurda” en Telesur que comparte con el periodista Víctor
Hugo Morales, que la cruda realidad del
pueblo pobre de Brasil “no se puede pasar
por alto durante el Mundial.” (https://www.google.com/?gws_rd=ssl#q=telesur+de+zurda&tbm=nws)
Decenas de miles de familias expulsadas de sus
humildes hogares a punta de fusil, con vehículos blindados, soldados y
paramilitares. Un terrorismo de Estado que se estampa en los rostros espantados
de inocentes niños y niñas y en las lágrimas y el desaliento de sus madres y
padres.
Las escenas cotidianas en las ciudades sedes del
Mundial, pintan imágenes estremecedoras
de niños y adolescentes agolpados en sumideros, o atormentados por el hambre
y el abatimiento, pidiendo un mendrugo de
pan.
La otra cara muestra el mundo fantástico de la
mundialización capitalista en el circo del mundial de fútbol.
La mundialización capitalista que es el mundo
angustiado y asolado por el imperialismo global perpetrando guerras, urdiendo
fórmulas de saqueo económico, desplegando intervenciones militares, espionaje, planes
contrarrevolucionarios, conspiraciones, golpes de Estado y agresiones
devastadoras contra Estados independientes. El planeta y los pueblos
resistiendo al latrocinio, la miseria, la depredación y el exterminio provocado
por los intereses de la casta
aristocrática que domina al mundo.
El Mundial de fútbol es un circo a la medida de las
corporaciones transnacionales y del eje imperialista mundial. El narcótico
perfecto mientras continúa cometiendo sus fechorías en todas las latitudes de
la tierra.
Mantener aletargadas a las masas con los nuevos gladiadores,
modernos cautivos de los príncipes actuales con el poder del dinero. Esa
pléyade privilegiada de futbolistas que
sostienen entre los placeres de la opulencia,
del hiper consumo, de la fama; que elevan a la cúspide como héroes
nacionales y al goce de la adulación, al
éxtasis de la petulancia y a quienes
embelesan con la gloria, en todos los
componentes del sistema mediático empresarial.
Los mantienen mientras les sirvan en su cometido
perverso, produciendo ganancias por una parte, y diseminando el opio del
enajenamiento, del engaño, de un mundo ficticio, de valores ilusorios, del
conformismo, del embotamiento, de la inmovilización, de la obediencia de las masas, por otra.
Han globalizado el balón, el juego del fútbol, una
toxina para apaciguar conciencias, para
anestesiar mentes, para domesticar pueblos.
El pueblo costarricense no escapa a la trampa del
mundial del futbol. Por cada gol de la “Sele” en el mundial, las clases
dominantes representadas por el gobierno de Luis Guillermo Solís, le marca un
gol con medidas o decisiones antipopulares.
Mientras se desarrolla el mundial de fútbol se
convocó la mesa para la discusión de los reajustes salariales, en los sectores
privados y públicos. Tremendo golazo le están metiendo las cámaras patronales y
el gobierno al pueblo trabajador.
¿Qué sectores sociales y grupos organizados están
realmente preocupados por las propuestas de ajuste salarial presentadas por
empresarios, sindicatos o gobierno? Los goles siguen entrando en el marco del
pueblo.
Luis Guillermo Solís va a la fuente de la Hispanidad
a celebrar con el pueblo arremolinado, embriagado, desbordado, embelesado por
los triunfos de la “Sele”. Se muda con su camiseta de la “Sele”, levanta su
puño y gesticula en medio del fandango estruendoso. En la otra cara de la
moneda, se ejecutan orientaciones fiscales que implican mayores gravámenes y
más sacrificio al pueblo. Y siguen entrando los goles en la puerta del pueblo.
Aumentan los precios de los productos básicos, se
intensificarán los impuestos a los combustibles, se aceleran los trámites para
concesionar la construcción de hidroeléctricas, se le abren más las esclusas al
capital transnacional con su lastre de explotación de nuestra fuerza de trabajo barata,
multiplique el lucro y saquee el país. Y
el pueblo recoge una goleada.
El territorio nacional se acorrala con bases
electrónicas de radares y bases navales, instaladas por la marina de los
Estados Unidos, y donde ondea al lado de la bandera costarricense la bandera
yanqui. El mal llamado TLC mantiene sus cadenas de esclavitud y lacera con sus
grilletes la soberanía nacional. Las compañías fruteras de capital
imperialista, principalmente en las plantaciones de piña, explotan de forma
brutal la fuerza de trabajo y envenenan el entorno natural y la población costarricense con agroquímicos. Los goles continúan entrando.
En la Asamblea legislativa lejos de promover una
agenda que aborde los problemas fundamentales que humillan y aquejan al pueblo:
Como el deterioro o supresión de los derechos fundamentales como la
universalización de la salud, el estudio y la universalización del derecho a la
educación, la tierra, el derecho a producir y la soberanía alimentaria; terminando
con el latifundio, a la vivienda
decente, agua potable, al trabajo digno, a un salario mínimo real, a la
recreación sana, a la cultura y al deporte; entre otros, se trenzan en debates
politiqueros y pugnas baladíes. Y la goleada al pueblo crece.
No han faltado las mociones y proyectos de
correntada, como los referidos a la misma embriaguez del futbol del mundial,
proponiendo declarar días nacionales del futbol, declarar héroes nacionales a
los seleccionados de Brasil 2014, darle la nacionalidad a Jorge Luis Pinto,
para mencionar algunos de los que han informado los medios de comunicación.
No sabemos de otras turbaciones vacuas de
labor legislativa, pagada con los recursos públicos que salen de los
bolsillos del pueblo costarricense. Lo
que si sabemos es que en ese hemiciclo
parlamentario se cocinan designios
para favorecer al capital extranjero, para militarizar más al país, para
continuar privatizando servicios fundamentales, drenando el Estado y debilitando su inversión social, ofertar
concesiones de obra pública para enriquecer a los grupos económicos poderosos
del país.
En el Congreso de la República y el Poder Ejecutivo
se preparan leyes y decretos para seguir mancillando a las comunidades
indígenas y usurpando sus territorios ancestrales.
Con el pasar de los minutos, las horas y los días al
pueblo nos siguen goleando con un marcador apabullante.
Así el
derecho a la lucha por los derechos, la libertad de expresión real, la libertad
de protesta se restringe y se vulnera. El latifundio y el acaparamiento de
tierra por terratenientes nacionales y extranjeros se perpetúan, la
flexibilización del derecho laboral se fortalece con el la reforma al Código
Procesal Laboral, y la clase trabajadora
pierde sus derechos primordiales. Las zonas costeras se hipotecan al capital y
los derechos de los pobladores costeros siguen bajo amenaza. Comunidades
enteras están bajo el peligro inminente de perder el derecho a vivir con decoro, al trabajo,
del acceso a la pesca y a los recursos para subsistir y a la tranquilidad
comunitaria.
Desde los curules y menos de los sillones de la Casa
Presidencial aparece una señal que anuncie un Plan Nacional de Emergencia, o un
boceto de transformación de la situación del país, que se encuentra en franca
decadencia en líneas generales. Sin rumbo, desembocando los costos del Estado
sobre el pueblo cada vez más vilipendiado y favoreciendo a las sociedades del
capital. Un Estado desmantelado sistemáticamente con doctrinas salvajes de
ganancia y capitalización, en beneficio de los plutócratas, una soberanía
nacional cada vez más lánguida, a golpe de conceder ventajas a las
corporaciones imperialistas y de someterse a los intereses de Washington y la Unión Europea.
Al pueblo se le confunde con el falso patriotismo de
los goles y las victorias de la “Sele”. Pero, ese sentimiento es anodino y un
simple saludo a la bandera; patrioterismo colonizado, mientras el país, sea cada vez más un país
agraviado como una semicolonia por el
TLC, violentado por el abuso de los capitales extranjeros, pisoteado con las
bases militares de EE. UU., vejado por las políticas entreguistas de las clases
gobernantes empotradas en el poder.
¿De que patriotismo estamos hablando, de que
soberanía estamos hablando, de que orgullo nacional estamos hablando, de que
dignidad estamos hablando cuando vemos a tanta gente exhibiendo y portando la bandera de Costa Rica; desbocada con la locura del
mundial de futbol?
La borrachera generalizada que se ha visto con el
circo del mundial fútbol en nada contribuye a fortalecer el espíritu crítico de
la realidad, a comprender el verdadero carácter de la soberanía, a enfocar con
mesura y lucidez los problemas que nos
golpean y se incrementan con el paso de las
semanas.
No nos dejemos golear por el capital, por la
corrupción, por los explotadores, por la mentira, por los intereses
neocoloniales, por la oligarquía, por la tiranía mediática, por la distracción
ideológica, por los gobiernos demagogos, ni
por el circo global que, en las circunstancias de hoy implementan con el
mundial de futbol.
Levantemos
la bandera con la cara al sol y luchemos por la defensa de la soberanía,
luchemos por los derechos del pueblo, hermanémonos de verdad las clases
humildes en muchedumbre beligerante, rebelde e inteligente por conquistar la dignidad de nuestro pueblo.
Oscar Barrantes Rodríguez
Círculo Bolivariano Yamileth López (CBYLO)
Centro Popular Costarricense de Estudios Sociales
(CPCES)
San Ramón-Costa Rica
Julio 01 de 2014